Alimentos congelados, más sanos de lo que pensamos

¿Fresco o Congelado?, un dilema que se aborda en decenas de discusiones que intentan determinar cuál es mejor para la salud. Según un informe de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) publicado en 1998, se estableció que los congelados son mejores que los frescos.
En el caso del pescado congelado, la principal diferencia entre el alimento fresco y el congelado es que el segundo se ha sometido a una disminución de temperatura que produce la congelación de su componente principal: el agua. Con ello aumenta su vida útil, así como también asegura su calidad microbiológica, sin alterar sus cualidades nutricionales. El proceso de congelación en el momento de la pesca puede llegar a ofrecer una calidad sensorial superior y garantiza el mantenimiento del valor nutricional a la del producto fresco que puede adquirirse en el mercado.
La congelación evita el deterioro del pescado que se debe al desarrollo de bacterias y a la alteración de sus proteínas y grasas. A temperaturas adecuadas de congelación, la multiplicación bacteriana se interrumpe y se retrasa o detiene el resto de procesos de alteración. La congelación sirve para conservar pescados y mariscos durante meses y preserva su calidad original, tanto higiénica como nutricional y organoléptica (características de textura, sabor, aroma, etc.).
La calidad del pescado es tanto mejor cuanto menor es el tiempo transcurrido entre su captura y su congelación.
Por eso el proceso de congelación se debe realizar con equipos apropiados, de manera que atraviese rápidamente el intervalo de temperaturas de cristalización máxima. El proceso de congelación se considerará completo hasta que el producto alcance una temperatura de -18 °C o inferior en el centro térmico, una vez estabilizada la temperatura.
Lo mejor en cuanto a congelados es confiar en marcas de solvencia y asegurarse que el envase no esté roto o abierto; el pescado tiene una carne dura y no hace escarcha de hielo. Después de ser descongelado correctamente, las características de este alimento son las mismas que el fresco.
6 motivos por lo que comprar pescado congelado es bueno
1. Producto limpio, práctico y fresco todo el año: es disponer de un pescado limpio que mantiene estrictos controles de buenas prácticas de higiene, de larga vida útil.
2. Usar sólo lo que es necesario: el pescado congelado se consume cuando uno quiere y la cantidad necesaria, evitando tener que tirarlo cuando se daña.
3. El pescado congelado viene en presentaciones listas: hay una amplia gama de presentaciones por lo que se vuelven una gran ventaja para el consumidor y listos para freír.
4. Garantizan la seguridad del pescado: sobretodo en el caso del anisakis, un parasito presente en el pescado crudo que requiere congelación para poder eliminarlo.
5. La congelación evita la proliferación de bacterias o degradación de los alimentos. Sin embargo, las bacterias no mueren, pueden reactivarse durante el descongelado, por eso es importante seguir buenas prácticas de descongelamiento.
6. Beneficios de su consumo: El pescado es una fuente importante de proteínas, minerales, y ácidos grasos esenciales para el organismo como es el Omega 3.
Recomendaciones para descongelar
1. La mejor manera de descongelar el pescado es en la refrigeradora o nevera el día anterior a su consumo (entre 18-24 horas).
2. Evitar hacerlo a temperatura ambiente o en agua caliente ya que afectara negativamente su textura.
3. Si no cuenta con mucho tiempo puede sacarse a descongelar poniéndolo en agua fría durante 1 o 2 horas.
Fuentes: FDA,National Geographic. Diario BBC y ABC.